Diseñar la guía de estilo de tu web puede parecer a simple vista algo muy sencillo de elaborar y no es así. A veces me encuentro con webs con un gran contenido pero una identidad de marca muy débil porque no se han tenido en cuenta una serie de requisitos indispensables para la fidelización del lector que acaba de aterrizar en ese espacio.
En algunas ocasiones, los diseñadores tenemos verdaderas dificultades para hacer entender a nuestros clientes que los razonables cambios que desean hacer en su marca pueden ser capaces de aniquilar drásticamente la eficacia o impacto de su identidad. Porque una guía de estilo es la creatividad de la marca, es lo que se recuerda, lo que demanda, lo que atrae la atención o la singulariza. Transmite valores y vitalidad, enamora y lo más importante, se recuerda.
Algunos dirían que es muy difícil convertir en creativa a una persona que no tiene aptitudes creativas pero yo pienso que no es exactamente así. Es dificil, pero no imposible, y con este post quiero que lo entiendas y que aprendas a tener en cuenta conceptos básicos a la hora de diseñar la guía de estilo de tu web :
La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible. (Arthur C. Clarke)
1. Céntrate: evalúa lo que quieres transmitir y a quién quieres llegar. Tómate el tiempo que necesites, no es un trabajo fácil. ¿Qué hace de tu web un lugar especial? ¿En qué se diferencia del resto?¿Cómo te gustaría ver reflejada la imagen de tu marca? Y por último ¿qué tres palabras son las que definen el concepto de lo que quieres transmitir?
2. Organiza: Ya conoces el dicho «Quien mucho abarca poco aprieta» así que se concisa en las categorías que creas tanto en la web como en el blog. No recomiendo nunca más de 7 ni menos de 3 (y sí, tengo predilección por las categorías impares) y siempre es aconsejable crear unos gráficos a modo de pequeño banner con las categorías más importantes
3. Opciones de color: utiliza lo que dicen los colores, su psicología, para definir los colores de tu marca y que utilizarás en la web. Los que reflejan lo que quieres enseñar o con los que te identificas. Selecciona una paleta de color que incluya tus tonos favoritos, mézclalos sin miedo, prueba a saturarlos, a ganarles luminosidad, a apagarlos si es necesario. Si no encaban bien utiliza dos favoritos con algunos que resulten complementarios. Bucéa entre texturas y descubrirás infinidad de posibilidades o entra en la web de Adobe Color donde podrás ver el código hexadecimal exacto para utilizarlo posteriormente en tu programa de diseño. Así cuando hables con tu diseñador de cabecera, también podrás comentarle exactamente cuál es el color que quieres para tu marca.
4. Fuentes: recomiendo no usar más de tres. Una tipografía para los titulares (puede ser la misma que utilices para el logo o una que encaje armónicamente); una para los subtítulos (destacados de categorías y la tercera para los bloques de texto (cualquier espacio donde escribas más de una línea de texto). Google Fonts o Font Squirrel son webs muy útiles para escoger la fuente que vaya mejor contigo. Piensa qué pueden pensar tus lectores leyendo tu nombre de blog con una tipo u otra ¿caligráfica, cursiva, con serifa, sin ella…? Cada tipo reflejará una imagen de marca distinta.
5. Gráficos o layouts: determina, diseñando una plantilla, la forma en la que aparecerán tus fotografías, tus gráficos o destacados. Crea una unidad gráfica para todo el material que publiques utilizando siempre tus colores y tus fuentes. Es sumamente importante que tus publicaciones sean reconocibles. Si cambias por norma de colores o tipografías por el mero echo de cambiar de estilo, romperás con todo lo que he mencionado anteriormente. Crea una guía de estilo y procura seguirla al pie de la letra.
6. Imágenes: tan importante es tener claro qué tipo de imágenes publicarás como las que nunca aparecerán en tu blog. Del mismo modo que debes tener claro qué tipo de imágenes vas a usar (más luminosas o menos, con un filtro azulado o quizás con un halo de niebla alrededor en color amarillo…) usa siempre, sin excusa, las imágenes al mismo ancho que tu caja de texto. Edita tus fotos y ten presente siempre ese número de píxeles que deben medir.
7. Tono: el tono en el que te dirigues a tu lector debe ser constante no sólo en la web y el blog, sino en el resto de redes sociales. Un tono cercano o sarcástico, quizás lúdico o por el contrario serio. Ten en cuenta ser fiel a tu tono de mensaje sea cual sea el estado emocional que tengas. Del mismo modo, piensa que tono no utilizarás nunca.
Eso es todo, lo esencial para diseñar la guía de estilo de tu web. Sé que som muchas cosas a tener en cuenta pero te aseguro que es indispensable para ganar en efectividad y memorabilidad de tu marca.
¿Estás en este momento? ¿Has creado ya tu guía de estilo? Cuéntame, me encanta conocer nuevos proyectos. ¡Es muy emocionante!
Hola guapa!
Me ha encantado el post, muchas veces no le damos importancia a ciertos detalles, sin pensar que pueden tener tanto resultado!
Un besito!
Tienen muchísima importancia aunque a priori no nos lo parezca. Nuestra imagen es indispensable que sea reconocible y para ello, nada mejor que ser reiterativos en el uso de colores, patrones o tipografías. Y si es con un diseño bonito, mejor todavía :D Besos para ti!
Hola! yo estoy en ese momento y me está costando la verdad!! pero poco a poco lo voy perfilando. Me ha encantado el post.
Genial que te sirva el post, Mamimaner! De eso se trata, que poquito a poquito, tomemos conciencia de lo importante que es crear nuestro estilo propio. Gracias por tu comentario :)
Muchas gracias por este post! Me viene como anillo al dedo porque quiero cambiar un poco la imagen de mi blog y empezar el 2016 con otro aspecto :) . Me ha parecido muy útil y lo has explicado todo de una manera muy sencilla.
Un besazo!