Irene, la propietaria de Irene Bakery, no sólo es repostera y crea dulces alucinantes para eventos enormes, sino que también es profesora y desde su escuela forma a grandes profesionales para que puedan dedicarse a este mundo de la cocina.
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Su nueva identidad visual muestra esa vitalidad y alegría que la caracteriza.Para el diseño de la marca de Irene Bakery obtamos por una imagen dinámica, fresca y muy auténtica sin perder ni un ápice de elegancia y poder transmitir los valores de su marca potenciando las formas curvas o la gama de color más divertida y de fuertes contrastes.
Además, tuvimos en cuenta las dos ramas de negocio de Irene, la formativa y la de repostería para eventos.
Jugamos con la paleta cromática de un modo inteligente y que potenciara el acercamiento a través de la psicología del color para llegar a los dos perfiles de clientes, la alumna y la persona que está a punto de celebrar uno de los eventos más especiales de su vida.
Los tonos vivos nos sirven así para representar la parte de formación y para los eventos se utiliza el rosa pastel como color proagonista junto a un fuerte y rompedor rojo que nos recuerda a la guinda excluviva de los grandes acontecimientos.
Incentivamos la diferencia visual no sólo utilizando iconos gráficos diferentes, la manga pasteleria o la guinda sino que se emplean taglines que hablan de cada apartado o línea de negocio de la empresa (Repostería creativia / Bodas y eventos)
Para el nombre de la empresa creamos una tipografía de estilo Groovy, un término coloquial que se empleaba en los años 60 y 70 para decir que algo era «genial», «excelente», «de moda» o «asombroso». Qué mejor definición para una identidad de marca que busca la autenticidad.
Una tipografía con cuerpo, con presencial visual importante, femenina y atemporal. Tiene fuerza, pero a la vez líneas redondeadas que le aportan suavidad y femineidad.
Para la segunda tipografía, la del apellido de la marca, optamos por una fuente tipo extended, algo más cuadrada y en minúsculas para hacer la función de subrayar o identificar al negocio.
Para los dos imagotipos creados, se define en primer lugar un signo gráfico compuesto por una imagen sencilla y fácil de recordar y reconocer. La «IB» que se utiliza para identificar a la marca y nos dará libertad en múltiples aplicaciones gráficas de ésta.
Para la elección de los colores, el protagonista es el color rojo guinda. Transmite energía, sensualidad y pasión. Y unido al malva conseguimos una mezcla muy personal.
El malva representa el lado más creativo y junto con el azul turquesa que añade frescura al conjunto crean una atmósphera diferente y juvenil.
El último toque de rosa pastel, es un llamado a la positividad, la bondad, la simpatía, la gratitud y la celebración. Este color es el destinado a la parte de eventos y cierre con el resto de tonalidades el gran contraste de color que aporta el rojo.
La gama cromática en toda su extensión es visible tanto en su perfil de Instagram con las diferentes plantillas que diseñamos para Irene como en los stickers que preparamos para sus stories y las adicionales aplicaciones de packaging para sus entregas o envíos en bolsas corporativas.
